La sostenibilidad corporativa ha evolucionado para convertirse en un elemento central en el desarrollo estratégico de las empresas en el contexto global actual. Con la creciente preocupación por el cambio climático, la protección de los derechos humanos y la necesidad de prácticas comerciales responsables, el concepto de sostenibilidad se ha integrado en los marcos jurídicos, especialmente en el ámbito mercantil. La normativa y la jurisprudencia han avanzado para imponer a las empresas no solo obligaciones sociales, sino también una responsabilidad activa en el cumplimiento de sus compromisos éticos, ambientales y sociales a través de la diligencia debida. Este artículo explora cómo el derecho mercantil español y europeo está configurando la sostenibilidad corporativa y la diligencia debida, analizando su alcance, los desafíos legales y ejemplos prácticos.
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1. Introducción a la sostenibilidad corporativa y la diligencia debida
La sostenibilidad corporativa refiere a la capacidad de las empresas para operar de manera económicamente viable, socialmente justa y ambientalmente responsable a largo plazo. A su vez, la diligencia debida es un concepto legal que obliga a las empresas a identificar, prevenir, mitigar y rendir cuentas sobre los impactos negativos de sus actividades en el medio ambiente, los derechos humanos y la sociedad en general.
En los últimos años, la normativa ha fortalecido estos conceptos en el ámbito de la Unión Europea (UE). Uno de los avances significativos en esta dirección es la propuesta de Directiva sobre diligencia debida corporativa en materia de sostenibilidad (Corporate Sustainability Due Diligence Directive, CSDDD), que busca obligar a las empresas a asumir una responsabilidad activa en la supervisión de toda su cadena de suministro. Si bien la legislación aún está en proceso, su adopción y desarrollo influirá notablemente en el derecho mercantil de los Estados miembros, incluyendo España.
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2. La normativa europea y española en sostenibilidad corporativa y diligencia debida
El marco normativo europeo establece pautas generales sobre sostenibilidad y diligencia debida. Entre ellas destacan:
- Reglamento de divulgación de finanzas sostenibles (2019/2088), que obliga a las instituciones financieras a informar sobre los riesgos de sostenibilidad en sus actividades.
- Directiva de información no financiera (2014/95/UE), modificada recientemente para aumentar las exigencias de divulgación en materia de sostenibilidad, particularmente en grandes empresas.
- Propuesta de Directiva de diligencia debida corporativa en materia de sostenibilidad (CSDDD, 2022), que establece requisitos específicos para que las empresas europeas implementen prácticas de diligencia debida.
En España, la Ley de Sociedades de Capital (LSC) ha sido modificada para integrar la sostenibilidad en la gestión de las empresas. En el artículo 225 de la LSC, se introdujo la responsabilidad de los administradores de actuar de forma leal, diligente y transparente en aras de la sostenibilidad y la prevención de riesgos. Esto se complementa con el Código de Buen Gobierno Corporativo (2020), que promueve la divulgación de prácticas sostenibles y responsables.
Jurisprudencia relevante
La jurisprudencia en España, aunque limitada debido a la novedad del tema, ya ha comenzado a pronunciarse. Un ejemplo destacable es el caso de Banco Bilbao Vizcaya Argentaria S.A. (BBVA) vs. Ecologistas en Acción (2022). En este caso, el Tribunal Supremo resolvió que BBVA debía rendir cuentas sobre el impacto ambiental de sus inversiones en proyectos de combustibles fósiles. La sentencia establece un precedente sobre cómo la diligencia debida debe abarcar los impactos ambientales, subrayando la necesidad de que las empresas evalúen y comuniquen las posibles consecuencias negativas de sus operaciones.
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3. La responsabilidad de las empresas y la cadena de suministro
La diligencia debida exige que las empresas asuman una postura activa en la supervisión de su cadena de suministro, y no solo en sus operaciones directas. Bajo la propuesta de CSDDD, se prevé que las empresas tengan la obligación de identificar riesgos a lo largo de toda su cadena de suministro, mitigando prácticas nocivas de sus socios comerciales y proveedores. Esto incluye tanto prácticas que afectan los derechos laborales y humanos, como aquellas que perjudican el medio ambiente.
En este contexto, la jurisprudencia europea proporciona ejemplos adicionales que son de relevancia. En el caso de Shell vs. Milieudefensie (2021), un tribunal neerlandés obligó a Shell a reducir sus emisiones de carbono, al considerar que la empresa no había cumplido con los estándares de diligencia debida en materia de sostenibilidad. Esta sentencia destaca que las empresas pueden ser responsables de los impactos ambientales indirectos de sus actividades, y subraya la relevancia de implementar medidas de mitigación que cumplan con las expectativas legales y sociales de sostenibilidad.
4. Ejemplos prácticos de la diligencia debida en sostenibilidad
Para entender cómo las empresas pueden aplicar la diligencia debida en materia de sostenibilidad, presentamos algunos ejemplos prácticos:
Ejemplo 1: Industria textil
Una empresa de moda española que externaliza su producción en países en desarrollo debe supervisar activamente las condiciones laborales de sus proveedores. Esto significa realizar auditorías periódicas en sus fábricas y asegurarse de que los trabajadores no estén expuestos a condiciones de explotación o insalubridad. Si una fábrica subcontratada en Bangladesh incurre en prácticas de explotación infantil, la empresa española puede ser responsable ante la legislación europea si no ha tomado medidas adecuadas de diligencia debida.
Ejemplo 2: Sector alimentario
Una multinacional de alimentación con sede en España decide importar cacao de África Occidental. La diligencia debida implica que la empresa evalúe el riesgo de trabajo infantil en las plantaciones de cacao y desarrolle un plan de acción para mitigar estos riesgos. La falta de supervisión podría resultar en sanciones legales y daños reputacionales, al violar los derechos de los trabajadores y los estándares de sostenibilidad.
Ejemplo 3: Sector financiero
Las instituciones financieras que invierten en proyectos de alto impacto ambiental deben divulgar los riesgos asociados y adoptar políticas de inversión sostenible. En el caso de BBVA, mencionado anteriormente, el banco fue instado a integrar criterios ambientales en sus inversiones, lo cual constituye un ejemplo de cómo la diligencia debida se extiende a las decisiones de financiamiento y a la transparencia.
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5. Desafíos en la implementación de la sostenibilidad corporativa y la diligencia debida
La integración de la sostenibilidad y la diligencia debida en las operaciones empresariales presenta varios desafíos:
- Costos de implementación: Las auditorías de sostenibilidad y la supervisión de la cadena de suministro pueden implicar altos costos para las empresas, especialmente para las pymes, que a menudo carecen de los recursos para implementar procedimientos de diligencia debida complejos.
- Complejidad de las cadenas de suministro: La globalización ha fragmentado las cadenas de suministro, lo cual dificulta el control de los proveedores y subcontratistas en diversas jurisdicciones. Esto plantea una barrera significativa en la identificación y mitigación de los riesgos asociados.
- Riesgo de litigios: A medida que aumentan las obligaciones de diligencia debida, las empresas también enfrentan un mayor riesgo de litigios, especialmente si no cumplen con los requisitos de transparencia y responsabilidad en temas ambientales y sociales.
6. Conclusiones y perspectivas futuras
La sostenibilidad corporativa y la obligación de diligencia debida representan un avance importante en el derecho mercantil y en la responsabilidad empresarial. Las recientes normativas y jurisprudencia europeas y españolas refuerzan la necesidad de que las empresas actúen de manera proactiva para identificar y mitigar los riesgos asociados a su actividad económica, no solo en sus operaciones directas, sino también a lo largo de toda su cadena de suministro.
La adopción de la Directiva sobre diligencia debida corporativa en materia de sostenibilidad en la UE constituirá un marco integral para garantizar que las empresas respeten los derechos humanos y ambientales en todas sus actividades. Este nuevo paradigma legal exige un cambio en la cultura corporativa hacia un enfoque más ético y responsable.
En conclusión, la sostenibilidad corporativa y la diligencia debida están configurando un futuro en el cual las empresas serán valoradas no solo por sus resultados financieros, sino también por su capacidad de operar en armonía con el entorno y la sociedad. Este marco no solo promueve la competitividad y la innovación, sino que también responde a las demandas sociales de transparencia y responsabilidad, garantizando que el crecimiento empresarial se produzca de manera equitativa y sostenible.
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